I- Introducción y generalidades

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Turberas

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Musgos del género Sphagnum

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Drosera

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Berzo de turbera

Las turberas son ecosistemas acuáticos muy singulares repletos de vida, de belleza y de misterios. En la Península Ibérica están muy escasamente representadas si las comparamos con las que aparecen en otros enclaves del centro y norte de Europa o las de Asia o América, y en La Rioja, aunque la superficie que ocupan es realmente insignificante, su interés biológico es extraordinario. 

Nuestras turberas salpican algunas pequeñas áreas próximas a las cumbres en el Sistema Ibérico, y en especial, la cabecera del río Iregua en su zona más alta, ya en los dominios de las cumbres de la Sierra Cebollera. Tanto su entorno, como lo que ellas representan, forma parte de un patrimonio natural único que merece la pena conocerse y que se debe preservar. 

Casi todas las turberas de nuestro territorio están situadas en pequeñas depresiones o vaguadas de origen glaciar, que retienen durante algunos meses aguas procedentes de las lluvias y el deshielo. En este ambiente húmedo, y con frecuencia encharcado, se desarrollan comunidades vegetales en las que los musgos del género Sphagnum marcan la impronta del paisaje y que empapándose durante las épocas de más precipitaciones o del deshielo, confieren una textura mullida y esponjosa a la cubierta verde que protege el suelo. 

La lenta descomposición de la materia orgánica en las turberas hace que año tras año, la vegetación se vaya renovando sobre los restos húmedos de la que todavía se está descomponiendo, y de esta manera, se va formando un suelo de estructura poco compacta y esponjosa que retiene con facilidad el agua. 

Sobre este tapiz de musgos se desarrollan algunas plantas herbáceas, brezos como Erica tetralix, juncos con varias especies del género Eriophorum, algunas orquídeas como Dactylorhiza maculata o la pequeña planta carnívora Drosera rotundifolia, que crean junto a otras plantas y con los musgos, el ambiente propicio para que en el agua se desarrolle una compleja comunidad de microorganismos, muchos de los cuales son exclusivos de estos ambientes. 

En esta exposición se hace un recorrido por la vida y la belleza de los seres microscópicos que habitan en las turberas, a partir de las imágenes microscópicas obtenidas en vivo sobre las muestras recogidas durante estos últimos cuatro años en estos paraísos de biodiversidad 

 ... Y todo de la mano de un equipo entusiasta, que ha dado lo mejor de sí para materializar aquí y ahora esta exposición, pero también en el mundo virtual. 

Y así, de la mano sabia y maestra de Jesús Rocandio en la fotografía y el montaje expositivo, de la de Kimika Ying, que con su magia, conocimiento y arte desde el otro lado del océano está aquí, abriendo las puertas del fascinante mundo virtual, acompañados de la mano y curiosa mirada de Antonio Guillén, que ha podido rescatar con su microscopio, como joyas de un tesoro, a todos estos seres que habitan en ellas...abrimos las ventanas a este universo de lo diminuto en el que  hemos volcado toda nuestra ilusión . 

I- Introducción y generalidades