IV- Désmidos y amebas

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Euastrum

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Planotaenium

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Lecquereusia

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Archerella

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Actinosphaerium

La representación de los désmidos junto a las algas conjugadas filamentosas (Zygnema, Spirogyra y Mougeotia) es muy amplia en las turberas, y llega a alcanzar hasta el 20% del total de todo el conjunto de taxones hallado en ellas. 

Su relevante papel como organismos productores y como excelentes bioindicadores, no está circunscrito exclusivamente a estos enclaves de la Sierra de Cebollera, sino que se extiende también a todos los ecosistemas acuáticos de características similares que presentan aguas ácidas y en las que los désmidos habitan en condiciones óptimas. 

Además de su valor biológico, por su variedad de formas, por su simetría y por su belleza, son verdaderamente joyas de las turberas, y su principal seña de identidad es precisamente esa, su simetría, una simetría en las que una de las mitades de su cuerpo es el reflejo especular de la otra. 

Generalmente, el plano de unión de las dos mitades coincide con una estrecha hendidura que las separa, y en el interior de ese istmo se sitúa el núcleo. 

Cuando las condiciones del medio son favorables los désmidos se reproducen asexualmente por bipartición partiéndose en dos por el istmo, para seguidamente reconstruir cada mitad que falta tras su fragmentación, hasta recuperar nuevamente su forma original y su completa simetría. 

En condiciones desfavorables la reproducción de los désmidos suele ser sexual, se ponen en contacto dos individuos, se unen por la parte central, disuelven sus paredes celulares y se fusionan los núcleos para formar posteriormente una estructura de resistencia muy particular: la zigospora que germinará cuando las condiciones del medio sean las más favorables. 

 Los taxones de désmidos con una mayor representación en estos humedales de Cebollera se incluyen varios géneros, que tienen una destacada presencia en especies como Euastrum, Micrasterias, Closterium, Cosmarium y Staurastrum etc. todos ellos con un gran interés tanto desde el punto fisiológico como del de la bioindicación. 

AMEBAS 

Las amebas en su sentido más amplio, constituyen un grupo de un interés extraordinario, tanto por su número (más de 100 taxones diferentes) como por su representación porcentual en relación con el resto de organismos que las habitan (un 26% del total en estos ecosistemas estudiados, siendo el grupo de organismos que alcanza mayor diversificación y representación en ellas). 

El papel que desempeñan en este medio es crucial en el proceso de reciclado de la materia orgánica, pues casi siempre se trata de organismos detritívoros u omnívoros que contribuyen de manera determinante a descomponer la materia vegetal muerta que se va acumulando en los fondos de las someras masas de agua. 

La mayor parte de los taxones hallados aquí corresponden a amebas tecadas de anchos pseudópodos entre las que las de los géneros Nebela y afines junto con las del género Euglypha son las mejor representadas, con un gran número de taxones diferentes. Casi todas ellas son de mediana talla, viven sobre el fondo y se alimentan de detritus entre los sedimentos en los que se pueden hallar algunos otros géneros de tamaño minúsculo y que fácilmente pasan inadvertidos. 

Entre las amebas de cuerpo desnudo las formas de Mayorella, Amoeba o Thecamoeba viven reptando sobre el sustrato y por las superficies sumergidas, recogiendo tanto algas como bacterias y otro tipo de detritus. 

Es muy destacable en estos emplazamientos la presencia de Trichamoeba, y sobre todo la de Pelomyxa palustris, que suele encontrarse entre los sedimentos en zonas prácticamente anóxicas y que desde el punto de vista evolutivo presenta también un extraordinario interés, la mayor parte de ellas no se habían encontrado antes en el sistma ibérico y un buen porcentaje se cita por vez primera en la Península ibérica. 

Aunque de origen filogenético muy distinto, también las amebas sol, los heliozoos, aparecen muy bien representadas en las turberas, su cuerpo esférico y las escamas de sílice que lo recubren son de una complejidad y una belleza incomparable. Géneros como Pompholyxophrys, Raphidiophrys, Actinophrys y muchos otros habitan en estos ecosistemas manteniéndose en suspensión con sus finos filopodios entre el fondo y la superficie. 

IV- Désmidos y amebas