III- Bacterias, cianobacterias, algas verdes y diatomeas

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Synechococcus
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Achromatium-Oxaliferum

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Microspora

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Diatomea Navicula

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Diatomea Colonial

Las bacterias y cianobacterias son organismos procariotas (carentes de núcleo) presentes en las turberas. Las cianobacterias, como organismos fotosintéticos, son seres tan primitivos como fascinantes. Gracias a ellas la vida pudo abrirse paso en nuestro planeta hace más de 3000 millones de años y siguen en ella como muy eficientes fijadores del CO2 atmosférico, además de fijar en estructuras especiales el nitrógeno del aire enriqueciendo el suelo.  

En las turberas, las formas más comunes de cianobacterias dan lugar a colonias filamentosas, a veces estáticas como las de Nostoc o Anabaena y otras veces móviles y oscilantes como Oscillatoria. Además de hacer la fotosíntesis, muchas de ellas fabrican potentes toxinas para evitar ser consumidas por los pequeños depredadores que se alimentan de ellas. 

Junto a estas formas filamentosas, también aparecen algunas formas individuales características de estos ambientes como Synechococcus aeruginosus, especie de gran tamaño y forma cilíndrica que a veces se ha confundido con algas verdes. 

Las formas bacterianas más singulares halladas en las turberas estudiadas corresponden al género Macromonas, bacteria muy activa y móvil, de gran tamaño, que acumula en su interior estructuras esféricas de carbonato cálcico, junto a Leptothrix ochracea, uno de los principales microorganismos responsables de que las aguas y el sustrato aparezcan teñidos de un intenso color rojizo. 

ALGAS VERDES, EXCEPTO CONJUGADAS. 

Todas las algas verdes, excluyendo los désmidos, que también lo son, están presentes en las turberas como formas unicelulares, agrupaciones cenobiales o como algas filamentosas. Sin embargo, a pesar de que en otros ecosistemas acuáticos están en la base de la vida de los mismos, en las turberas están muy pobremente representadas con formas como Oocystis, Microspora, Oedogonium o Ulotrhrix, Draparnaldia o Palmodyction 

DIATOMEAS 

La particularidad más destacable de estas algas de cristal es esa precisamente,  la posesión de una cubierta de sílice transparente a modo de pared celular, una cubierta formada por dos piezas que encajan como la base y la tapa de una caja: frústulos, que suelen presentar una ornamentación característica para cada especie, y que se puede observar con mayor facilidad en los ejemplares muertos o en los digeridos mediante diferentes técnicas de laboratorio, con el objeto de facilitar su determinación. 

Un buen número de las diatomeas halladas en estas turberas son bentónicas y de vida libre -viven sobre el fondo y se desplazan navegando deslizándose como navíos subacuáticos-. Entre éstas, casi todos los taxones del género Pinnularia, algunos del género Navicula y los del género Surirella habitan sobre la capa de detritus vegetales y entre la base de los musgos inundados y las plantas acuáticas. 

Otras diatomeas bentónicas forman estructuras coloniales filamentosas y quedan trabadas entre filamentos vegetales sumergidas en zonas iluminadas donde son capaces de realizar la fotosíntesis, entre éstas se encuentran diferentes especies de Eunotia, Fragilaria e incluso Meridion. 

En las turberas, las diatomeas conforman un grupo de organismos muy bien representado que en número de especies, aunque no iguala al de los désmidos, llega a representar más del 15% de todos los taxones hallados.  

III- Bacterias, cianobacterias, algas verdes y diatomeas