El hacedor de imágenes revisitado

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Fotografías del proceso de creación de El hacedor de imágenes

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Autorretrato con todo el equipo en La Granjilla, San Lorenzo de El Escorial, agosto de 1986.

En el año 2009, la editorial Gedisa publica una nueva versión del libro La imagen, de Roberto Aparici, Agustín García Matilla y Manuel Valdivia, editado originalmente por la UNED en 1987. Para esta nueva edición, los autores solicitan a Ouka Leele sus opiniones y reflexiones sobre su propia fotografía El hacedor de imágenes, 23 años después de haberla realizado.

"Yo quería que entre la tierra más seca y reseca surgiera la vida, la creación fértil. Ese año tuve la suerte, desde luego no para la vida, la sequía siempre es algo que a los humanos no nos gusta, pero sí para poder hacer esta imagen, de encontrar este paisaje de terrones, no de azúcar si no de amarga sequedad.

Me impresionaba ver cómo se podía andar por ese damero entrecortado, donde antes todo lo llenaba un hermoso lago que en primavera se llenaba de flores y donde a veces nos hacíamos fotos como la Ofelia de Shakespeare, con nuestros cuerpos flotando en el agua, vestidos de flores flotantes.

Dentro de la terrible sequía se podía sentir la belleza de esta tierra en todo momento, hasta en los más yermos, ya que la vida en todas sus formas es bellísima.

Allí quise plantear mi enigma del hacedor de imágenes, era el año 1986.

Y ahora vuelvo a mirar esta imagen tan enigmática. Él, el supuesto hacedor, dialoga con el espectador para mostrarle una escena de la que él aunque no lo pretenda también forma parte, señala con su índice a dos personajes, los modelos, que transportan el peso de su fotografía con un palo. Dentro de la foto están atados, ya me dirán ustedes el porqué, yo todavía intento comprenderlo y encuentro que quizá estén atados por una relación eterna que ha unido a hombres y mujeres en la sabia conservación de la especie, algo que favorece la perpetuación de la raza humana pero que no siempre trae la felicidad a los que en esta tarea se atan. Ella, de una cara inmensamente dulce, la del amor, él, bello varón, ella parece querer poner una banderilla vegetal a un pequeño toro y él nos muestra en un plato un mini paisaje casi en llamas parecido al que van a visitar después, foto en mano, mejor dicho en palo.

Cuando transportan su imagen, esa de la felicidad, esa de la atadura, ya no son tan dulces, cada uno parece tirar hacia un lado y su postura, su semblante, su mirada y su lenguaje corporal traducen separación y arrogancia. ¿Cuál es la de verdad, la de dentro o la de fuera? El fruto de la unión, la niña, ya en color, parece independizarse de esta extraña situación, ella es la vida, el futuro, la alegría que ha decidido continuar a pesar de los pesares, a pesar de la insoportable sequía.

La poética-pictórica luna llena en el cielo, en su almohadoncito de nube, rige la escena que pretende ser fértil, mientras los hombres de corbata quieren que traguemos lo de alimentarnos con transgénicos. Ay, no, yo no quiero.

El hacedor junto a su perro que no ha querido retratarse, queriendo estar presente en este galimatías para representar al perro, a la fidelidad, al fiel espectador amante del arte, tan necesario para el creador. El hacedor parece sujetar un palitroque daliniano que a su vez sujeta un árbol seco y más que seco, que a su vez sujeta el cielo, ese que ya está fuera de la imagen, ese que da lugar al misterio...

El hacedor va vestido de rojo, de un rojo que me vuelve loca y tras el muro, contenido, lo verde, al acecho.

El hacedor, buen modelo, quiso suplantar a la verdadera hacedora de todo esto, yo.

Y a mí no me gusta dar tantas explicaciones, tengo la sensación de cerrar un camino que es vasto, amplio y abierto, el del espectador imaginando, sintiendo ... Yo sólo espero, con este texto, abrir la posibilidad de hacer sentir más, ojalá no haya dejado un camino demasiado estrecho.

Recuerdo el olor a campo, la luz del atardecer, rodando el vídeo, rodando en el laboratorio con la romántica luz roja, rodando y rodando explicándolo todo, todo el proceso de crear una imagen.

Éste fue el resultado, esta fotografía en blanco y negro que luego pinté durante días y días…

A pesar de lo seco que resultaba el escenario, mi deseo es verde. Pero dejo a ustedes la tarea de hacer volar la imaginación en busca del alquímico significado y desde aquí les invito a que me lo cuenten."

Ouka Leele

2009

El hacedor de imágenes
El hacedor de imágenes revisitado